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Cuando acertar no es cuestión de suerte
Un plan de verano, diferente, original y en pareja, para hacer de este verano algo diferente.
El ritmo frenético de la semana laboral suele dejarnos tan
agotados que en ocasiones no encontramos la energía suficiente
para descubrir la pista de un plan original que agite nuestro fin de
semana y nos ayude a combatir a esa vieja enemiga que es la
rutina, tan dada a hacer estragos en el ánimo de hombres y
mujeres.
Para algunas personas repetir los planes habituales puede resultar
placentero, la misma playa abarrotada de siempre, la montaña de
costumbre, los hoteles convencionales, lugares recurrentes donde
todo lo que pasa ya había ocurrido antes. Y es ahí, a nuestro modo
de ver, donde se agazapa el peligro de convertir el ocio en parte
del problema y no de la solución.
En nuestro Hotel Zielo Las Beatas no hay lugar para la rutina.
Ubicados en Villahermosa, Ciudad Real, en plena ruta del
Quijote, hemos aprendido a conjugar los elementos necesarios
para crear una atmósfera mágica que está a punto de cautivar a la
pareja que acaba de llegar a nuestras instalaciones. Nos gusta
imaginar que ella se llama Júlia y él Carlos y que vienen de
Ciudad Real, o quizás de Madrid, o de Murcia o Córdoba o de
cualquiera de las ciudades situadas a menos de dos horas de viaje
de Las Beatas. Una pareja dispuesta a encontrar algo diferente.
Algo especial.
Por la expresión asombrada de Júlia intuimos que es Carlos el que
ha decidido sorprenderla con la reserva, pero cuando los dos
acceden a su parcela privada y contemplan la Burbuja en la que
pasarán la noche, sus rostros de asombro son tan parecidos que ya
no sabríamos decir cuál de los dos es el que ha planeado pasar la
noche en nuestro Hotel Zielo Las Beatas.
Dotada de todo tipo de comodidades nuestra Bubble de paredes
transparentes acoge a la pareja y la envuelve en un ambiente
mágico del que ya no podrá desprenderse en toda una velada que
da comienzo poco después, cuando cenan en nuestro restaurante,
(algo tradicional para él, cocina manchega para ella), cómplices,
compartiendo confidencias y sueños como hacía tiempo que no
compartían. Júlia comenta que le han gustado mucho los jardines
y los salones que ha visto mientras se encaminaban hacia el
restaurante y Carlos asiente y le dice que Las Beatas sería un
lugar ideal para celebrar su boda. Sonríen los dos, cómplices de
nuevo, conscientes de aquel momento dejará huella en su historia.
Cae la noche en el Hotel Zielo Las Beatas y nuestra pareja, de
regreso ya a su Burbuja climatizada, disfruta del jacuzzi Spa
mientras se relaja contemplando la vastedad del cielo nocturno.
La velada avanza, romántica, íntima e inolvidable, bajo un manto
estrellado que sobrecoge los sentidos, una experiencia que borra
de un plumazo la rutina de otras salidas y que va calando hondo
en sus recuerdos.
Horas después Júlia y Carlos despiertan bajo el esplendor de un
amanecer diáfano que se proyecta a través de la Burbuja. Se
miran, satisfechos, felices, conscientes de que ya no son las
mismas personas que eran al llegar. Conscientes de que, esta vez,
han acertado.
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